Ley Antitabaco
No soy delincuente, ni un asesino, ni soy desaprensivo, ni mal educado, ni irrespetuoso, ni soy un apestoso... Solo soy un fumador que no recibió la información suficiente de los efectos de fumar y ahora ya es tarde.
El fumar produce una adicción física y sociológica y eso nos produce la necesidad de fumar varios cigarrillos a lo largo del día. No lo hacemos por molestar, sino para saciar la adicción al tabaco, que en nuestro cuerpo se manifiesta con sudores, nerviosismo, sensación de carencia, inseguridad...
Ahora la ley está en contra nuestra. La Ley Antitabaco va reduciendo los lugares donde los fumadores puedan saciar su adicción a la nicotina. Primeramente fueron en transportes de pasajeros públicos o privados, los teatros y cines, los edificios públicos, en los centros comerciales y los pequeños negocios... La última imposición de esta ley es la prohibición del consumo de tabaco en todos los lugares de trabajo, incluso los de ocio sino cumplen las condiciones legales.
Lo que consigue esta ley es que solo podremos fumar en la calle y en las viviendas particulares que carezcan de servicio ya que es el lugar de trabajo de esas personas.
No solo nos prohiben fumar, sino que también va a modificar el comportamiento de los no fumadores. Estos se verán con el derecho de llamar la atención y mirar con desprecio a las personas que fumen en los lugares prohibido. Yo no voy llamando a la atención a los peatones que cruzan la calzada por lugares incorrectos o mirarles con caras que demuestren la irresponsabilidad de sus actos, o denunciarles a las autoridades. La ley solo permite cruzar la calzada por pasos de peatones y sino no existen por las esquinas de las intersecciones.
Lo curioso es que el estado nos pone trabas para fumar ya que alega que es perjudicial para la salud, pero no renuncia a los ingresos que recibe del consumo del tabaco. Si no lo sabías más del 50 % del precio que pagamos por una cajetilla de tabaco son impuestos que van a parar a las arcas del estado. Y aun con todo nos prohiben fumar en sus edificios y amenazan que la seguridad social no cubrirá las enfermedades causadas por el tabaco.
En mi opinión esa no es la solución. Falta que lo prohiban para que fumemos o miren las consecuencias de la Ley Seca de Estados Unidos. ¿Sirvió de algo? La solución es que aumenten la información, que busquen un remedio a la adicción. ¡Que somos adictos! ¡No fumamos por placer! Pero no a la prohibición que estamos a finales del 2.005
